jueves, 5 de enero de 2017

Etapa 2 Pilimbalá - Volcán del Puracé - Coconuco

Escrito por: Daniel Rosas Satizábal
Instagram: danielrosassatizabal
Twitter: @danielrosassat

#Bicienlacima
Instagram: bicienlacima

04/01/17



...y por cuarta vez, ponemos la Bici en la Cima. Luego de mucha incertidumbre por la distancia a la base donde comenzaba el ascenso, caídas y un frío penetrante, logramos llegar al cráter del volcán del Puracé a 4500 metros de altura aproximadamente con una bicicleta al hombro.

Amanecer en el refugio de Pilimbalá


Preparados para el frío de Páramo
El día comenzó a las 4:40 am con los despertadores sonando en todas las habitaciones de las cabañas de Pilimbalá. A las 5:40 am ya desayunados, un amanecer impresionante, con maletas en las camionetas e hidratación lista, tuvimos la presentación de los guías que nos acompañarían al volcán y luego, que no puede faltar, la oración en grupo para los ciclistas que haríamos el primer ascenso hasta la base. Teníamos presente que eran alrededor de 5 kilómetros, lo que no sabíamos eran las condiciones del terreno. Nos esperaba un largo y duro camino hasta la base.



La carretera era destapada en todo el recorrido. Los primeros 10 kilómetros estaban en un estado regular y llevaban a una vieja mina de azufre activa. El siguiente tramo hasta la base era una vía con altas pendientes  y bastantes piedras de todos los tamaños, lo que hacía difícil el ascenso. Tanto que se presentaron caídas de Federico y de quién les habla. Alejandro no subió este recorrido en bicicleta por problemas de falta de oxígeno y estado de la bicicleta y Luisa tampoco por una fuerte gripa, sin embargo estuvieron apoyándonos desde las camionetas. Luego de aproximadamente dos horas y media llegamos. Eran las 8:30 am.

A cambiarse los choclos y ponerse tenis o botas. Cambiar cascos por gorros. Cambiar licras por sacos y chaquetas abrigadas. Cambiar hads por cuellos o usar los mismos para proteger el cuello del frío de páramo. Recargar energía, líquido y todo listo para el ascenso. Casi todo listo. Faltaba la oración. Esta vez no para ciclistas, sino para montañistas. Con algunas aclaraciones de respeto a la Pacha Mama y un Padre Nuestro empezamos el ascenso a la cima a las 9:15 am.


Emprendimos el ascenso a la cima

Luisa también ayudó a llevar la bicicleta



Luego de tres minutos de iniciar, Nicolás mencionó al grupo un olvido importante. La bicicleta. Regresaron  a la base y trajeron marco y llantas de la bicicleta Specialized de Juan Pablo Linares, quien tuvo un poco de mareo en la subida por la altura. Un buen signo de compañerismo se mostró durante todo el recorrido con la rotación las partes de la bicicleta en el ascenso. A las 11 de la mañana estábamos ya con La Bici en la Cima, esta vez al lado de un extenso cráter. Estábamos muy felices, lo habíamos logrado! Se respiraba paz en la cima del volcán. Luisa lideró un espacio de concentración y tranquilidad para relajar el espíritu.

Meditación en grupo en la cima del volcán

Una especial mención a los miembros de la familia Salamanca que lograron el ascenso a la cima. El cráter era un paisaje impresionante. Parecía  Luego de tomarnos la foto grupal y de abrazos y felicitaciones por haber llegado empezamos el descenso, llegamos a la base, desayunamos y de nuevo en pinta de ciclistas.

El descenso también tuvo dificultades


El descenso tuvo algunos percances. La dificultad del terreno empinado y empedrado se presentaba también en bajada. El saldo: caída en descenso sobre piedras de Juan Diego, fuerte caída de Sergio y, como no, caída de lado del autor del blog del día de hoy.  Algo para rescatar del duro descenso de 20 kilómetros hasta Puracé (3200 metros), la presencia de lugareños que saludaban con felicidad de vernos cruzar por allí en bicicleta ya que al parecer no es muy usual. También mujeres visitantes de Medellín que gritaban: "¡Hola Guapo!" a un grupo selecto de los ciclistas.

Llegamos a almorzar en Puracé luego de las  curaciones necesarias de Guti en la rodilla y pantorrilla de Sergio. Con algunas lloviznas empezamos el ruedo hacia Coconuco. De nuevo, con piernas cansadas, teníamos incertidumbre del desnivel y la distancia hasta el destino. Sin embargo, era lo de menos, el ánimo del grupo empujaba a todos a afrontar lo que faltaba de la mejor manera. En 45 minutos de pedaleo, con solidarias rotaciones para cortar el viento de frente para el grupo, llegamos a Coconuco a las 5:30 pm, poco antes del anochecer.

Nos hospedamos en 2 hoteles dado que la cabaña planeada quedaba a unos 5 kilómetros de distancia del pueblo y una pendiente indeseable para llegar.


Cráter del volcán del Puracé (Daniel Rosas y Juan Martín Gómez)



Muy felices de haber llegado, de haber completado la segunda etapa de la travesía, que al igual que la de ayer tuvo bastante exigencia física y mental, pero sobre todo, ¡felices de haber llegado a la cima!



La bicicleta y bandera firmada por Nairo en la Cima del Puracé


 ¡Mañana, nos esperan 106 kilómetros hacia San Agustín!


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