martes, 1 de enero de 2019

Una nueva edición de la Bici en la Cima

Por: Martín Guzmán Herrera
@bicienlacima

La bicicleta ha sido una de mis pasiones desde hace un buen tiempo y podría estar montando en una todo el día si hubiese piernas suficientes para hacerlo. A pesar de esa pasión no son muchas las travesías que he hecho y es por eso que tengo muchas expectativas de esta versión de Bici en la Cima. Primero está la emoción que produce recorrer lugares desconocidos en bicicleta. Es tal vez la forma más genuina de sentir libertad pues somos nuestro propio motor y nada distinto al curso del camino determina el rumbo que tomamos.

En segundo lugar, la incertidumbre frente a la dificultad del camino que decidimos recorrer. Tenemos todos muy presente que va a ser duro, pero hay variables que no se pueden prever al trazar la ruta en el computador. Calor, lluvia, frío, una mala noche, hambre, características del suelo, todos elementos que pueden hacer más retador el viaje y que también lo hacen más llamativo.

Nos esperan lugares increíbles
En tercer lugar, un factor que siempre puede ayudar a superar cualquier obstáculo: el compañerismo que se produce entre quienes vamos a participar. En esta ocasión el grupo está conformado por 6 ciclistas y dos acompañantes, Guti y Juan Diego, que desde el carro nos cuidarán y nos darán ánimo para terminar cada etapa. Algunos se conocen de hace tiempo y saben cómo se comportan en situaciones extremas. Yo soy el nuevo del grupo, conozco poco a quienes participarán y con ninguno he tenido la oportunidad de compartir algo más que algunos entrenamientos. Aun así, estoy convencido de que los cinco días que estaremos juntos van a ser suficientes para que surjan lazos de amistad, tal vez lo más importante para superar el reto. Puede que hayamos entrenado suficiente, pero la fortaleza que nos puede dar una buena compañía no se consigue de otra forma.

Parte del equipo de la sexta edición de Bici en la Cima
Para esta edición decidimos recorrer el patio de atrás de la casa. Saldremos de Bogotá con rumbo a Choachí. Bordearemos el páramo de Chingaza para llegar a Guasca, ascender al páramo de Monguetiva y luego descolgarnos hacia Gachetá. Sigue el camino bordeando la represa del Guavio hasta llegar a Ubalá. Luego saldremos con rumbo a Machetá, el último destino antes de volver a Bogotá por el alto de patios. La descripción es corta y no refleja la dureza de la ruta. Todos conocemos la salida y la entrada a Bogotá, pero prácticamente todo lo que hay montaña adentro, entre Choachí y Machetá, es incierto. En total serán cerca de 400 kilómetros con aproximadamente 10.000 metros de desnivel positivo, números que producen algo de miedo.

Ojalá el entrenamiento haya sido suficiente 😬
La logística, por lo menos para lo previsto por todo el equipo, está casi lista. Para nosotros llevamos principalmente comida, mucha comida, que es fundamental para completar cada etapa. Para este viaje escogimos barras de cereales y sándwiches con mantequilla de maní y mermelada, ambos fáciles de preparar y con suficientes calorías para tener energía.

Para esta travesía, los amigos de Tempo Cycling nos han ayudado con varias cosas para cuidar las bicis y a nosotros mismos, empezando por los productos Muc-Off, esenciales para mantener en buen estado la cadenilla, pacha platos y frenos de cada bicicleta. Tampoco puede faltar un poco de crema Chamois de Athlete Performance para echar en las badanas que usaremos a diario, clave para soportar el dolor al sentarse desde el segundo día. Y por último los hidratantes con electrolitos para prevenir los calambres y la deshidratación.

Finalmente, gracias a GM Colmotores tenemos a nuestra disposición una Chevrolet Colorado, que seguramente no tendrá problema para seguirnos el paso en las trochas y transportar todo el equipaje y la comida. También contaremos con un porta bicicletas Thule para usar en la compuerta del platón sin dañar las bicis ni la camioneta.

Con todo listo no queda sino esperar para la salida este jueves 3 de enero. Será una de esas mañanas frías de inicio de año, que luego se convierte en un calor intenso. Aprovecharemos la acostumbrada ruta segura al páramo del Verjón (todos los que nos quieran acompañar en la salida son bienvenidos), el primer puerto de un viaje que nos permitirá a todos recargarnos de energía para empezar el año de la mejor manera. En Facebook e Instagram estaremos publicando más información de la salida.

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