6 de enero de 2019
@bicienlacima
Domingo 5:15 AM. Suena la alarma. Snooze. 5:20 AM. Suena otra vez. No quiero levantarme; lo más difícil de estas travesías no es el sol, ni la lluvia, ni las montañas, ni las subidas, ni las bajadas, es levantarse en la madrugada. El cansancio acumulado de 3 largas jornadas bici se siente tan pronto pongo los pies en el suelo e intento ponerme en pie. Aunque hubo mucho ruido la noche anterior frente al hotel, dormí como una piedra.
Me alisto rápidamente para salir de la habitación y tomar el pre-desayuno, banano y granola con yogurt, para no arrancar sin nada en el estómago. Alistamos las maletas para meterlas en la camioneta. Llenamos las caramañolas y le ponemos aceite a las cadenas de las bicis que limpiamos el día anterior.
6:30. Otra vez vamos tarde, finalmente arrancamos a las 6:45 rumbo a Gachetá. Empezamos a subir, dejamos atrás Ubalá y comenzamos a ver de nuevo la represa del Guavio junto al imponente cañón que la encierra, tomamos las últimas fotos del embalse e iniciamos el descenso que termina en Gachetá.
Última gran vista de la represa |
Encontramos un sitio para desayunar frente a un mercado de ganado, me impresiona Juan Manuel que pide un tamal gigante, unos huevos con arroz, dos jugos de naranja, café y pan. Tardamos cerca de una hora desayunando y seguimos nuestro camino hacia Manta a eso de las 9:30.
Tan pronto salimos del pueblo empieza una de las subidas más largas de la travesía, unos 22 km con algo más de 1000 m de desnivel. No ha pasado media hora y nos detiene un camión atravesado en el camino al que intentan subir con mucha dificultad unas reses. "¡Eso vaca!" grita el vaquero cada vez que logra que uno de los animales le haga caso. Con la carretera despejada, continuamos el ascenso. Guti y Juan Diego nos esperan a la mitad de la subida con sánduches de mantequilla de maní y mermelada que ayudan a mantener la energía, recargamos caramañolas y seguimos.
¡Eso vaca! |
Un sinfin de montañas |
Parada en la cascada antes del doloroso descenso |
Iniciamos el descenso hacia la carretera principal que conduce de Guateque a Machetá. Juan Diego se queda atrás, baja con cautela porque hace 5 meses no se subía a una bici, lo operaron de la rodilla en Septiembre y no había podido hacer nada de ejercicio. Llegamos todos juntos a la carretera principal y empezamos una subida tendida de 13 km hacia Machetá.
Faltando 3 km para llegar, aumenta la pendiente y cada uno sigue a su ritmo. Guti y Mutis en el carro se adelantan para conseguir un sitio donde almorzar. Finalmente vemos el pueblo y este nos recibe con dos cuadras finales entre el 15 y el 20% de inclinación que exprimen lo último que nos quedaba. Casi son las 4 PM y apenas empezamos a almorzar, luego a descansar al hotel. Por fortuna no se ensuciaron mucho las bicis hoy.
Este fue en día sobre todo de resistencia, 90 km y 6 horas sobre la bici, ya sumamos 8500 m de ascenso acumulado con los días anteriores. Mañana se viene la última etapa y aunque no es tan dura como las anteriores, igual es larga y los kilómetros recorridos en estos cuatro días pesan, pesan mucho.
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